COMPOSICIÓN DE LOS ÁCIDOS NUCLEICOS
Todos los seres vivos (procariontes y eucariontes) cuentan con dos tipos de ácidos nucleicos, el ácido desoxirribonucleico (DNA) y el ácido ribonucleico (RNA),
cada uno de ellos constituido por nucleótidos específicos. Cada nucleótido tiene tres componentes característicos: una base nitrogenada, un azúcar de 5 carbonos (pentosa)
y al menos un fosfato. Las bases nitrogenadas son moléculas heterocíclicas,
cuyos anillos moleculares están estructurados tanto por carbono como por nitrógeno. Derivan de dos tipos de compuestos conocidos como purina (estructura cíclica de nueve puntas, hexágono-pentágono fusionados) y pirimidina (estructura cíclica de seis puntas, hexagonal). La adenina (A) y la guanina (G) son bases púricas comunes a ambos tipos de ácidos nucleicos, en tanto que la citosina (C) también está presente en ambos tipos de ácidos nucleicos; la timina (T) exclusiva del DNA y el uracilo (U) exclusivo del RNA son bases pirimídicas. Las pentosas son monosacáridos de cinco carbonos que adquieren estructuras heterocíclicas tipo furano (β-furanosas), a través de la esterifi cación del oxígeno del grupo carbonilo aldehídico con el hidroxilo del último carbón asimétrico de la molécula. Los desoxiribonucleótidos del DNA contienen 2-desoxi-D-ribosa, en tanto que los ribonucleótidos del RNA contienen D-ribosa. Tanto los anillos heterocíclicos de las bases nitrogenadas como los de las pentosas se enumeran según la convención internacional para purina, pirimidina y furano; sin embargo, para hacer la distinción, los
números de la pentosa se designan como primos (1′-5′).
Cada base nitrogenada se une covalentemente a la pentosa para formar un nucleósido (denominados adenosina, guanosina, timidina, citidina y uridina, respectivamente), a través de una unión N-β-glucosil (N-9 de las purinas y N-1 de las pirimidinas) al carbono 1′ de la pentosa. Este tipo de unión se forma al quitar un grupo hidroxilo de la pentosa y un hidrógeno de la base, con la consecuente formación de una molécula de agua y un
enlace O-glucosídico.
DESCUBRIMIENTO DE LOS ÁCIDOS NUCLEICOS
El estudio de los ácidos nucleicos se inició con los trabajos iniciales de Johan Friedrich Miescher, quien en 1869 logró aislar el contenido nuclear. Miescher observó que
se trataba de una sustancia ácida, rica en fósforo, compuesta por moléculas grandes, a la que llamó “nucleína”. Propuso que la nucleína podría ser “una forma de almacenar fósforo dentro de la célula o que tal vez pudiera estar implicada en la herencia”. En 1885, Oscar Harting propuso que la nucleína era la sustancia encargada no sólo de la fecundación, sino también de la transmisión de las características hereditarias; sin embargo, esta idea no sería comprobada experimentalmente, sino hasta 1944 por el grupo de Oswald Avery.
La nucleína de Meischer era en realidad una mezcla de ácido desoxirribonucleico (DNA), ácido ribonucleico (RNA) y proteínas coexistentes de manera estrecha a ambos ácidos. Sin embargo, hacia 1889, el grupo de Meischer logró purifi car por completo la nucleína, eliminando totalmente a las proteínas; fue entonces cuando Richard Altmann introdujo el término “ácido nucleico” para referirse a ese extracto purifi cado libre de proteínas.
Así, durante los últimos años del siglo XIX, los estudios sobre el contenido nuclear se enfocaron en el análisis e identifi cación de cada uno de los componentes de los ácidos
nucleicos, hechos históricos que se resumen en el cuadro 2-1.
ÁCIDO DESOXIRRIBONUCLEICO
Estructura secundaria del DNA La doble hélice
Después de conocer el trabajo de Avery, publicado en
1944, Erwin Chargaff se interesó en el estudio de los ácidos nucleicos, y mediante técnicas cromatográfi cas analiz el DNA de varios tipos celulares, logrando establecer que la cantidad de adeninas era similar a la de timinas
([A] = [T]), y la de guaninas a la de citosinas ([G] = [C]), proponiendo que en el DNA existe la misma cantidad de bases púricas y pirimídicas ([purinas] = [pirimidinas]). Estas observaciones se dieron a conocer en 1951
y originaron lo que algunos autores refi eren como “leyes de equivalencia de las bases nitrogenadas”. Chargaff también observó que la composición de bases nitrogenadas
en el DNA variaba entre especies, pero se mantenía constante
en una misma especie, independientemente de la
edad o del estado nutricional. Las observaciones de Chargaff
pusieron de manifi esto, además de la complementariedad
entre bases púricas y pirimídicas, la posibilidad de
una estructura de doble hélice para el DNA.
Rosalind Franklin y Maurice Wilkins, a través de la cristalografía de rayos X, describieron a principios del decenio de 1950 que el DNA generaba una imagen helicoidal de doble hélice, con una estructura extendida, ordenada y constante, que poseía un diámetro de 20 Å (2 nm) y donde las bases nitrogenadas se encontraban apiladas
en planos cuya separación era de 3.4 Å (0.34 nm). Así, al analizar las evidencias químicas y físicas sobre la composición y estructura del DNA, James Watson y Francis Crick propusieron, en 1953, el modelo de la “doble hélice” según el cual el DNA está formado por dos cadenas helicoidales, que giran alrededor del mismo eje en sentido dextrógiro, y con sus átomos orientados en sentido inverso, es decir, las cadenas son antiparalelas. En este modelo,
la β-D-desoxirribosa de un nucleótido se une a la del contiguo, a través de un enlace 3′-5′-fosfodiéster. En la parte externa de la hélice, se alternan fosfatos y desoxirribosas, en tanto que las bases se proyectan perpendicularmente hacia el interior de la doble hélice. Cada 3.4 Å (0.34 nm) se presenta un residuo nucleotídico, el cual se desplaza cerca de 36° en relación con el anterior, lo que hace posible que cada 10 pares de bases (pb) generen una vuelta (360°) (fi g. 2-10), en tanto que la distancia del fosfato al eje longitudinal de la fi bra de DNA es de 10 Å (1 nm). Los giros de las hebras del DNA no son simétricos a un solo eje; existe una proyección de los giros, que da origen a huecos asimétricos entre cada vuelta y que, por sus dimensiones, se denominaron hueco mayor y hueco
menor (22 y 12 Å de ancho, respectivamente) (fi g. 2-10). Dado que en este modelo los fosfatos se encuentran por fuera de la doble hélice, los cationes y las moléculas polares, como el agua, pueden acceder con facilidad a ella, por lo que Watson y Crick propusieron que un menor contenido de agua podría ocasionar que la estructura se
compactara. Para 1953, Freiser y Furberg ya habían propuesto que los fosfatos se hallaban en la parte externa de la molécula. No obstante, Freiser proponía un modelo de triple hélice, tal y como lo hicieron en su momento Pauling y Corey, ambos erróneos. Además de que el modelo de Watson y Crick era diferente a los propuestos con anterioridad incluía la propuesta novedosa de que las cadenas de la doble hélice se mantienen unidas a través de puentes de hidrógeno que se establecen entre la purina de una hebra y la pirimidina de la otra. El modelo supone que las bases nitrogenadas dentro del DNA se encuentran en su confi guración tautomérica más estable (grupo ceto) y propone apareamientos específi cos adenina-timina (A-T) y guanina-citosina (G-C), tal y como sugirió Chargaff en sus estudios. Dentro de las restricciones estructurales, Watson y Crick indican en su descripción que la pentosa debe posicionarse de modo perpendicular a las bases nitrogenadas y que los puentes de hidrógeno que se forman entre las bases nitrogenadas de las dos hebras deben ser también rigurosamente perpendiculares al eje longituddinal de la doble hélice. Además, la estructura que ellos describen sólo puede formarse si la pentosa es una 2-desoxirribosa, ya que el oxígeno de la posición 2 del azúcar generaría fuerzas de van der Waals más estrechas. En el modelo de doble hélice, se propuso de manera errónea que el apareamiento de bases era a través de dos puentes de hidrógeno tanto para A-T como para G-C. Hoy en día se conoce que la A interactúa con la T precisamente a través de dos puentes de hidrógeno, pero la interacción G-C es más fuerte, ya que puede establecer hasta tres puentes de hidrógeno . Visionariamente, Watson y Crick propusieron que la complementariedad entre bases podría ser el mecanismo de copiado y duplicación del material genético, hecho que se revisa
con detalle en el capítulo de replicación del DNA.
Conformaciones de hebra sencilla, de triple y cuádruple hebra para el DNA
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